Durante el preescolar los niños perfeccionan sus habilidades. Los cambios más radicales se reflejan en las habilidades motoras gruesas y motoras finas.
No se puede separar el desarrollo perceptual, físico y motor del cognoscitivo, ya que lo que se hace desde el nacimiento son la base para las habilidades físico - motoras posteriores y también para el desarrollo cognoscitivo, social y emocional.
PSICOMOTRICIDAD GRUESA
El desarrollo psicomotor del niño se encuentra influenciado por las experiencias vividas en los primeros años. La correcta asimilación de las mismas favorece un enfoque adecuado del mundo que les rodea y de las relaciones interpersonales.
LA SESIÓN CONSTA DE TRES PARTES:
- Ritual de entrada: Se comienza con una canción o retahíla motivadora. Una educadora prepara un circuito y explica a los niños cómo realizarlo.
- Circuito y juegos colectivos: los niños lo realizan en función de unos objetivos previos. Cuando terminan, los niños ayudan a la educadora a recogerlo para aprender el sentido del orden desde pequeños.
- Ritual de salida: Actividades de relajación.
PSICOMOTRICIDAD FINA
Una buena coordinación viso-motora exige una maduración neurológica y la preparación de muchos músculos, ambos permitirán a nuestros alumnos avanzar en sus aprendizajes
Estas habilidades consisten en el uso perfeccionado de la mano, el pulgar y los dedos opuestos. El desarrollo de variadas habilidades en que participan las manos comprende una serie de procesos superpuestos que comienzan después del nacimiento. Cuando los niños adquieren habilidades motoras finas se vuelven cada vez más competentes para cuidar de ellos mismos.
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